miércoles, 21 de marzo de 2012



Cuando el espíritu parece disolverse en un océano de dudas, atraviesa la oscuridad para asomarse hacia la propia iluminación.
El océano de dudas que surge al momento de tomar decisiones, se evacua cuando amanecen los resultados inesperados, buenos ó malos. Nada sucede en el ámbito de la premeditación. Siempre hay variables que dejan a la perfección en la esfera de la utopía porque los ideales solo existen en teoría y no en la práctica.
La redundancia en actos intolerables para otros, confronta con la estructura del pensamiento reglado y el estado espiritual. La iluminación está lejos de alguna escapatoria de la realidad momentánea de esta vida, se encuentra dentro de nuestro ser, permanece eterna, aunque solapada o dormida por agobios creados por el propio pensamiento reglado y la duda de los actos por decidir. Siempre aparecerá la iluminación, depende de uno reconocerla siempre y cuando se esté en la búsqueda.

martes, 6 de marzo de 2012

Ser



La autocrítica es el principio de todo en la superación del ser. Desde un análisis introspectivo y objetivo podemos avanzar sobre el resultado y, corregir en base a la experiencia vivida.

Desde mi perspectiva, la verdadera autocrítica es la que avanza de manera conceptual sobre nuestros comportamientos, sobre el pensamiento y nuestras acciones de base, las instintivas. El instinto como función principal de nuestros actos y, la percepción ante determinadas señales, deben ser ponderadas como reales porque describe muchas veces las alarmas de nuestro ser.

La autocrítica, en base a construcciones culturales, muchas veces es suicida y provoca la inseguridad en el camino de la realización del ser. Es negativa siempre, pero necesaria también. Debe ser evaluada meticulosamente. Las construcciones culturales se encuentran para marcarnos un camino determinado y estereotipado, el de la ética y la moral conveniente. Son necesarias en segundo plano, para evaluar si son parte de aquellas cosas que sí son reglas de convivencia irrefutables.

En segundo lugar la incondicionalidad como pilar ante cualquier hecho cometido, más allá del resultado obtenido.

Ser incondicional a los actos, aunque el resultado de este sea negativo, desestimando el arrepentimiento para aprender de la experiencia.

La potencia de cualquier experiencia y el sentido unilateral del tiempo, nos indica que son inexistentes las posibilidades para modificar los sucesos del pasado. Se deben corregir los errores desde la postura de la superación y la valoración del hecho ocurrido, descartando el lamento y el arrepentimiento que son el lastre emocional. Estos son lugares en donde también la autoestima y la realización del ser se ven demolidas.

En tercer lugar a mi modo de ver, creo en la voluntad como eslabón imprescindible de la superación del ser.

Sin la voluntad hay vacío de autocritica. Sin ella carecemos de la opción para desmembrar la experiencia y absorber lo positivo para modificar el negativo.

La voluntad como fuego eterno, como el combustible de la perseverancia ante las experiencias. Es el poder que empuja hacia la realización del ser en su máxima amplitud como objetivo utópico, porque los limites de la conciencia son inexistentes. Nos dirige siempre hacia el conocimiento eterno.

El intento en cuarto lugar y en conjunto con la voluntad hacia la búsqueda del ser. Es el acto de realización, de ejecución, para darle así comienzo a una nueva experiencia superadora.

El intento es la explosión de la voluntad, es el mecanismo que nos hace ejecutar las acciones decididas con el objetivo de la superación del ser. Aquí aparece la duda como factor necesario en las decisiones. Aparece en el instante preciso y es la que evalúa e inclina la balanza entre el valor de los instintos y su credibilidad o la construcción cultural. Luego la experiencia para darle lugar nuevamente a este ciclo infinito que rige mi ser o por lo menos la búsqueda de mi realización de ser.

jueves, 1 de marzo de 2012


¿Cómo hago?. ¿Cómo pienso?. ¿Cómo digo?. ¿Cómo escucho?. ¿Cómo siento?. ¿Por que lo hago?. ¿Por que lo pienso?. ¿Por que lo digo?. ¿Por que lo escucho?. ¿Por que lo siento?. ¿Debo hacerlo?. ¿Debo pensarlo?. ¿Debo decirlo?. ¿Debo escucharlo?. ¿Debo sentirlo?. Lo hago, lo pienso, lo digo, lo escucho, lo siento.