miércoles, 31 de julio de 2013

Manifiesto

Tanta conciencia me va a matar antes.
Veo envases sin gondolas armando un paisaje virtual,
y el abrigo binario de este invierno que pasa,
sofoca las gargantas de tanto tipeo,
que aún en el desvelo me demuestra mi ignorancia,
y como cualquier distancia es la brecha a lo que temo,
y que tarde o temprano, quiera o no quiera vendrá al encuentro.

Aquí estoy esperandote sin tiempo!
Aquí voy a tu encuentro sin importar lo que serás!
Aquí estoy yo librando mi batalla personal!
Ante la vida, ante la muerte,
de frente en el camino del corazón,
sin proposito puntual más que el de caminar,
con la cabeza levantada y sin disfraz.

martes, 9 de julio de 2013

Amor

Te escribo para no llorarte. Te amo para no tenerte. Te siento para no olvidarte. Te imagino para sonreír. Te contemplo para sentír paz. Pero importa si es verdad, el resultado es solo anecdota sin valor, con mi amor como verdad, con el dolor como motor para cambiar mi realidad, para lograr felicidad, observandote bailar, en miradas que al pasar certifican mi pasión, alimentado por el amor que superó lo material, lo finito, lo mental, eso que prefiere consumirse en vanidosos hechos fabricados por el ego.
Mi amor te acompañará, mientras crea que es genuino, y lo creo en verdad porque hace que mi pecho se alborote, que mi aire se contenga, se comprima llenandome el alma de amor, y explotar en un desinteresado sentimiento de dar, ese que en realidad se manifiesta porque sí, porque brota y se expone sin miedos fomentados por el pensamiento. Por tu felicidad que retroalimenta este sentir, inagotable, incalculable, indestructible. Hoy mi corazón dejó sentir. Ya no existen las cadenas que abrazaban los cerrojos, ahora existe el vuelo propio del alma que transforma el dolor en esperanza, en ilusión, en corazón.
Te escribo para no llorarte. Te amo para no tenerte. Te siento para no olvidarte. Te imagino para sonreír. Te contemplo para sentír paz. Amor eterno, trascendente, infinito, incondicional.

lunes, 8 de julio de 2013

Medicina del alma


La claridad del momento, entre un mar de imágenes que sucumben en algún lugar del espíritu. Imágenes que vienen de lo más profundo del ser, enraizadas en sentimientos que desconocemos hasta tenerlos enfrente y recordar que existen, que están, pero que nadie se encarga de hacerlos recordar en los instantes del presente. Ni siquiera uno mismo muchas veces los pondera sumergido en la confusión superficial y efímera de la sociedad que circula sin un sentido individual de felicidad para el individuo. Paz profunda, tan profunda como la utopía de mi ser y mi amor por lo real, por mi amor hacia el que valora lo que uno puede ofrecer sin juzgar, por lo genuino, por lo verdadero, por lo que me moviliza, por lo que me motiva, por lo que duele, por todo lo que hace sentirme vivo a pesar de la dureza con que pega la vida y con la bondad con la que ofrece nuevas oportunidades. Tener en claro que cosas son los pensamientos que tienden a generarnos la duda, la confusión el desgaste emocional y psíquico que atenta contra la felicidad del espíritu y que es lo real del corazón, eso que pertenece al verdadero camino con sentido, el del aprendizaje constante, doloroso también pero beneficioso para el espíritu bohemio y guerrero que se aferra a utopías del bien personal y colectivo. Medicina del alma que recuerdas quien soy y quien debo ser, gracias por el amor que me entregas, que me haces sentir y que me haces ofrecer sin juzgar lo mucho o lo poco que resulte de este experimento para el espíritu que es la vida.