miércoles, 21 de marzo de 2012



Cuando el espíritu parece disolverse en un océano de dudas, atraviesa la oscuridad para asomarse hacia la propia iluminación.
El océano de dudas que surge al momento de tomar decisiones, se evacua cuando amanecen los resultados inesperados, buenos ó malos. Nada sucede en el ámbito de la premeditación. Siempre hay variables que dejan a la perfección en la esfera de la utopía porque los ideales solo existen en teoría y no en la práctica.
La redundancia en actos intolerables para otros, confronta con la estructura del pensamiento reglado y el estado espiritual. La iluminación está lejos de alguna escapatoria de la realidad momentánea de esta vida, se encuentra dentro de nuestro ser, permanece eterna, aunque solapada o dormida por agobios creados por el propio pensamiento reglado y la duda de los actos por decidir. Siempre aparecerá la iluminación, depende de uno reconocerla siempre y cuando se esté en la búsqueda.

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