miércoles, 11 de abril de 2012

Soma capitalista



La idea de ser feliz en este mundo está encapsulada y enmascarada directamente con la idea de consumo. Las publicidades se arman mostrando como la gente es feliz cuando tiene su celular nuevo, cuando toma en forma de alivio y bienestar una gaseosa de tal marca, cuando usa determinada ropa, o seduce a alguien con un perfume nuevo.
Los modelos estereotipados que se presentan como "modelos" no hacen más que discriminar a la población mayoritaria provocándo la necesidad compulsiva de parecerse a estos estereotipos, incentivando a la perdida de la individualidad. ¿Como lo logro? consumiendo lo que ellos usan y me ofrecen.
De esta manera interceptan los comportamientos naturales del individuo y se los induce a la necesidad de consumir, algo que innecesario en absoluto. Esto genera un estado de felicidad momentánea, carente de todo sustento y de condición superficial, que se apaga inmediatamente después de la euforia inicial de la novedad. El consumo se basa en eso, en generar la necesidad de tener algo que innecesario y hacerlo casi indispensable para sobrevivir actualizado en este mundo consumista, ó en otras palabras enfrascar la felicidad. Cuando finaliza ese extasis inicial surge la necesidad de volver a consumir. La felicidad es un estado intangible y que todos tenemos la capacidad para alcanzarla si realmente nos comportáramos esencialmente, dudo de si de forma permanente porque perdería su efecto, pero si lograr estar feliz.
El ser que está feliz lo está por el solo hecho de ser y poder respirar, de tener la posibilidad de vivir y experimentar una vida, su vida.

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